Una historia de desarraigo y esperanza dio a conocer EL MEGÁFONO esta mañana. Clara Pino es una joven venezolana de 27 años, quien se convirtió en una bragadense más tras su decisión de radicarse en nuestra ciudad junto a su esposo e hijo con el propósito de proyectar un buen futuro y juntar dinero para ayudar a la familia que quedó en su país natal. Habló de la grave crisis que atraviesa Venezuela y de todas las dificultades que acarrea para sus respectivos habitantes.
Clara es Licenciada en Administración, mientras que su esposo es Ingeniero Civil. Juntos llegaron a la Argentina a fines de septiembre con su hijo de un año y 9 meses. “Tuvimos una travesía bastante extensa porque, debido a la crisis migratoria, Venezuela no da pasaportes; entonces, como mi nene no lo tenía, tuvimos que hacer tierra y aire”, explicó la joven, e indicó que afortunadamente hoy ya están todos de manera legal.
Según Clara, la actualidad de Venezuela es alarmante. “Yo trato de ver poco -en los medios de comunicación- y al mismo tiempo escuchar lo que me dice mi familia”, dijo. Contó que hay desempleo, escasez de alimentos, falta de medicamentos, mucha mortandad infantil por desnutrición y abunda la delincuencia. El salario mínimo mensual ronda en los 5 dólares, pero sólo alcanza para un paquete de harina, por lo que cada uno debe rebuscársela para conseguir más dinero y para poder solventar sus necesidades.
Frente a tal panorama, su estilo de vida en Bragado resulta mucho mejor. Ella trabaja colocando extensiones de pestañas y su esposo en una tienda; ambos con grandes expectativas de seguir creciendo. El dinero que juntan lo utilizan para su vida diaria y el bienestar de su hijo, pero también para enviárselo a su familia de Venezuela.
Su idea es lograr una mayor estabilidad en Bragado. Sólo regresarían a su país en el caso de que se cumplieran varias condiciones: “quiero que Venezuela no tenga el gobierno que tiene, esté en paz y que nuestros seres queridos se levanten sabiendo que tienen qué comer”, dijo.