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EL BRAGADENSE DIEGO BARRADO SERÁ JEFE DE GABINETE DEL MUNICIPIO DE NAVARRO

Es conocido por haber sido multicampeón con River Plate y haber jugado en varios clubes de fútbol.

25/11/2020
EL BRAGADENSE DIEGO BARRADO SERÁ JEFE DE GABINETE DEL MUNICIPIO DE NAVARRO

Ampliamente conocida es la trayectoria del bragadense Diego Barrado en el fútbol. Ha sido multicampeón con River Plate y también supo integrar los planteles de Racing, Colón, Olimpo, Atlético Tucumán y Belgrano de Córdoba. La novedad es que ahora decidió incursionar en el mundo de la política como jefe de Gabinete de la Municipalidad de Navarro.

Barrado tiene 39 años. Desde hace un tiempo cumple funciones como encargado en una fábrica exportadora de miel, aunque los planes para su presente cambiaron abruptamente desde el momento en que el nuevo Intendente de Navarro le concedió un rol clave en su gobierno.

El flamante Jefe Comunal es el ex futbolista Facundo Diz, quien llegó al poder luego que Jorge Ferraresi optara por renunciar a su cargo para asumir como ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación. Dichos cambios favorecieron al bragadense, quien lo explicó en una entrevista con el portal Infobae:

¿Cómo surgió la posibilidad de ser Jefe de Gabinete de Navarro?

Fue algo nuevo, sorpresivo. No así lo de Facundo (Diz), porque él hace varios años que está incursionando en la política. Acá en Navarro ya conoce el movimiento. Para mí sí fue algo nuevo. Él me llamó y le dije que de política no entiendo, pero él me conoce y sabe mis convicciones y cómo soy como persona. Él quiere rodearse de gente que piense parecido a él y que quiera hacer cosas nuevas, sin ningún beneficio. Muchos usan los cargos para ascender en política, pero eso es algo que a mí no me interesa. Estoy contento de poder ayudarlo.

¿Cómo nació su vínculo con Facundo Diz (pasó por All Boys, Deportivo Táchira, Tigre, Olimpo y Platense, entre otros)?

Hace más de 20 años que estoy viviendo acá en Navarro. Yo soy oriundo de Bragado. Cuando jugaba en inferiores de River y él en All Boys, los fines semanas nos veíamos acá. También jugó en la liga de acá con mi hermano. Se fue haciendo una amistad, y a lo largo del tiempo nuestras familias se hicieron amigas. Mis hijos y sus hijos van de casa en casa, tenemos una relación muy linda.

¿Qué pensó cuando recibió esta propuesta?

Me sorprendió. Cuando me llamó le dije que lo piense bien, je. Él fue claro con lo que quería, que es hacer una renovación. Me hizo sentir muy bien. Yo estoy a disposición de la causa. Lo conozco, y sé de sus buenas intenciones. Eso es lo más importante.

En el último tiempo distintos futbolistas se animaron a expresar sus pensamientos políticos, como Matías Almeyda, Daniel El Indio Vega o Diego Valeri. ¿Cuál es el suyo?

Hace pocos días estaba mirando todo desde afuera, pero con un pensamiento como el de la mayoría de la gente, que ve que hay cosas que no se hacen o se hacen mal. Ahora me toca participar. Para hacer política hay que seguir una línea. Si es para ayudar a la gente, para estar a disposición de la gente, me parece bárbaro. Si es para pelearse, ahí estaré afuera. Yo sé cómo piensa Facundo y lo que quiere para Navarro. Es una persona muy capacitada, y el intendente que se va es una persona inteligente, hizo muchas cosas buenas. Por eso se lo llevan. Habiendo tanta gente, ir a buscar al intendente de una ciudad con 20 mil habitantes te marca que la gente sabe de la capacidad y de la persona que fue a buscar. Buscaremos formar un buen equipo, que todas las personas que entren se sientan importantes y busquen esta causa común, que es mejorar la ciudad.

Recién mencionó la frase “armar un buen equipo”, algo que es muy común de escuchar dentro del ámbito del deporte. ¿Qué similitudes y diferencias le encuentra al mundo de la política con el del fútbol?

El trabajo en equipo es lo más importante, es lo que me inculcaron. El poner el “nosotros” por sobre el “yo”. Eso es importante, y te hace llegar a lugares impresionantes. Llevándolo a la político es más difícil, porque hay muchísima gente y con distintos pensamientos, pero la idea es que todos vayamos en una misma dirección para cumplir el objetivo. Hay que predicar con el ejemplo. La idea es que la gente que se comprometa luego lo demuestre con sus actitudes en el trabajo.

¿Qué ideas le gustaría plasmar?

Fue todo muy rápido, aún no pude dejar la empresa en donde estoy, que es una exportadora de miel. Estos días estuve trabajando para dejar todo listo. Esta semana comenzaré a ir con Facundo a la Municipalidad. Pero, conociendo a Facundo, saldrán ideas muy buenas. Él tiene capacidad y hace mucho que está metido. Queremos seguir haciendo las cosas bien.

Luego del retiro de Fernando Gago y Javier Mascherano se habló mucho del “día después” para los futbolistas. ¿Cómo fue en su caso?

A Javi lo conozco desde muy chico, desde la Reserva de River. Fue un orgullo verlo llegar hasta donde llegó. Es una persona sencilla, humilde, trabajadora. Ahora tomó la decisión de retirarse. Todos queremos jugar toda la vida, pero la carrera tiene fecha de vencimiento. Es una persona inteligente y ya lo habrá pensado mucho y tendrá proyecto por hacer. Jugadores como él o Gago son los que más resuenan, pero la mayoría no tiene su resonancia. Para el resto sí es difícil. Es difícil prepararse para el retiro. Yo tuve la suerte de, al ser de campo, ser un bicho raro. Yo jugaba en el mejor equipo de Argentina y me volvía al campo, trabajando a la par de mi familia. Yo tomaba el fútbol como mi vida, pero mi vida entera no dependía del fútbol. Cuando me retiré, los primeros meses los tomé como vacaciones. Estuve 17 años fuera de casa y busqué recuperar tiempo con mis viejos, pero luego intenté buscar hacer algo, porque los días se hacían cada vez más largos. Tuve suerte, un amigo me ofreció trabajar en una exportadora de miel. Yo le dije que no sabía nada de esto, pero me dijo que fuera. Fue algo que me hizo bien el empezar a trabajar. A muchos jugadores les hacen creer que si no es el fútbol no sirven para nada, y no es así. Cualquier persona que tenga ganas de aprender algo o progresar, lo puede hacer. Si uno lo hace con ganas y amor, lo puede hacer. No hay que negociar eso, las ganas de progresar, de estar mejor. Toda la vida les dijeron que son jugadores de fútbol y nada más, y muchos caen en la depresión.

¿Cómo vivió el cambio de jugador, que suele ser el que recibe las órdenes de un entrenador dentro del campo de juego, a ser jefe y tener gente a cargo?

Fue buenísimo. Para mí fue un aprendizaje. Siempre tuve la suerte de que en todos los grupos que estuve fui muy querido, y eso es buenísimo. Coseché buenas relaciones. Todos merecemos las mismas oportunidades, después está en uno ganarse el respeto de los demás.

Hasta el momento, ¿cuántas abejas lo picaron?

No estoy en el sector que cosecha la miel. Nosotros recibimos los tambores, pero hay abejas porque sienten el olor. Tuve suerte, una sola por ahora me picó.

¿Cómo es tener de cliente a Máximo Gallardo, el padre de Marcelo?

Eso me gustaría aclararlo. En ningún momento dije lo que salió en su momento en una nota. Yo conté que una vez le di miel, y que le había encantado. Entonces le llevé de nuevo. Uno de los periodistas dijo “ah, es el que más te manguea”. Y quedó como si yo lo hubiese dicho, y la verdad que no. A mis amigos me gusta tratarlos bien, y yo fui el que se lo ofreció. No es lo que dije, es bueno aclararlo. Él es muy buena gente, que salga algo así me dio bronca. El que no sabe lo que pasó piensa que el papá de Gallardo anda pidiendo. No es lindo que salga algo así.

Jugó en clubes como River y Racing. ¿Cómo es la reacción de sus empleados o los clientes al verlo?

La gente ya me conoce, me ve en la calle. Por ahí en la capital es más difícil, pero para la gente del pueblo soy uno más. Ya los desafíe a todos para jugar a la pelota, para unirnos en lo grupal. Al principio, se me han acercado y me dijeron “no pensé que eras así”, pero creo que les debe pasar a todos los jugadores. La mayoría son honestos, de pueblo. Les costó mucho llegar adonde llegaron. Eso hace que estén más cerca de la gente.

Antes de la pandemia estaba jugando en la Liga de Lobos, ¿piensa volver?

Si, jugué en EFIN. Mi hermano fue técnico y con la mayoría de mis compañeros entrené cuando yo era chico. Lo hice porque me gusta. Cuando me sumé estaban pasando un mal momento, pero en el segundo año salimos campeones, que fue la primera vez que un equipo de Navarro lo logró, fue algo muy lindo. Ahora se suspendió, y creo que la liga tomó una decisión acertada, porque si para países súper preparados les fue difícil... Es una liga que aglomera varios pueblos, me parece que fue lo mejor.

Compartió plantel con Marcelo Gallardo. ¿Cómo era su vínculo con él?

Jugué con él y con grandísimos jugadores. Tuve la suerte de tener a muy buenas personas como compañeros. Marcelo era un líder por naturaleza. Cuando uno es líder, tiene un imán diferente. Cuando habla, todos prenden las antenas y no podés dejar de mirar y escuchar. Como compañero, cuando él hablaba todos prestábamos una atención diferente. Te llamaba la atención. También me llevó a hacer el curso de técnico con él. Siempre lo gastaba a él y al Vasco (Arruabarrena), porque les decía que se habían copiado todo de mí y ellos estaban en River y Boca y yo en el campo, je. Son buenísima gente. Están muy preparados. Marcelo es muy culto, en cualquier tema que le hablés está preparado. Demostró todo lo que sabe con resultados.

¿Lo imaginaba como entrenador cuando era su compañero?

Me imaginaba que iba a seguir ligado al fútbol. Le gustaba mucho lo que es táctica, estrategia, manejo de grupo. Eso se veía. Cuando tenés un capitán que se manejaba de la forma en que se manejaba, sabías que si se dedicaba a esto tenía muchas posibilidades de que le fuera bien, porque estaba preparado. Armaba buenos grupos y siempre se informaba. Todo el tiempo buscaba mejorar y que sus compañeros también fueran mejores.

Hizo el curso de entrenador. ¿Tuvo posibilidades de dirigir?

Me gustó probar, para ver cómo era. Yo era chico en ese momento. Cuando me retiré tuve la posibilidad de dirigir. Lo iba a llevar a Facundo (Diz), que hizo el curso y también pensamos parecido en el fútbol, pero después no se dio. Es algo que me gustó hacerlo, es ver al fútbol desde otro lugar. Me retiré en Juventud Unida de Gualeguaychú, y a los 3 meses se fue el técnico y los dirigentes pensaron en mí. Fuimos a una reunión, pero luego no se dio.

¿Qué recuerda de su paso por River?

Todo. El año pasado me invitaron al Senior, y la verdad que entrar de nuevo al Monumental fue algo increíble, un montón de sensaciones se te cruzan. A los 15 años me fui del campo para ir a vivir a River. Ahí me formé como jugador y persona. Conozco a muchísima gente, y no la que sale en la tele. A los de seguridad, cocineros; verlos a ellos y que se emocionen al verme, me llenó de orgullo. Para mí es más importante que te digan que te aprecian como persona, eso no tiene precio. Sentí como que estaba lleno por dentro. Fue una satisfacción enorme.

Quedó marcado por hacer un gol clave ante Olimpo para conseguir un nuevo título con River. ¿Qué recuerda de ese día?

Todo. Me acuerdo que íbamos a viajar el viernes a Bahía Blanca. Fuimos al aeropuerto y no pudimos viajar porque había niebla. Yo había hecho las cuentas y para mí quedaba afuera del banco de suplentes. En ese momento iban 16. Cuando llegamos Manuel (Pellegrini) me dijo que iba al banco. Con (Víctor) Zapata jodíamos que íbamos a entrar y a hacer un gol, y se dio todo. Fue algo maravilloso. El grupo no pasaba un buen momento, porque el papá de (Leonardo) Astrada estaba secuestrado. Él era un pilar para todos nosotros. Tengo el recuerdo de ese gol, de ser campeón. Fue algo increíble, de lo mejor que me pasó en lo deportivo.

Ese River tenía grandes figuras. ¿Cree que quedó marcado por perder la final de la Copa Sudamericana con Cienciano de Perú?

Sí, totalmente. Las finales te marcan. Yo tuve la desgracia de ver la tarjeta roja en la batalla ante San Pablo, y cuando volvimos jugábamos por el torneo local y me rompí la rodilla. En ese momento se me vino el mundo abajo, me sacó de foco. Cuando no se gana una final quedás marcado. Había grandísimos jugadores, grandísimas personas y un entrenador que después marcó una historia, pese a que no fue tan reconocido en River. Manuel (Pellegrini) dirigió el Real Madrid y Manchester City. En Real Madrid tuvo el récord de puntos sin salir campeón, ante el Barcelona de Guardiola. Es un técnico recontra preparado. Es una de las personas más preparadas que vi en mi vida. Habla como 4 idiomas. A donde íbamos él era el traductor.

¿Es el técnico que más lo marcó?

Tuve la suerte de tener grandísimos técnicos. Pero Manuel Pellegrini creo que era el más completo. Tanto futbolísticamente como lo que representaba afuera para nosotros. También tuve grandes maestros, como Roberto Saporiti, que lo tuve en Olimpo. Era un tipo que te enseñaba cosas para que vos incorpores y las tengas. Siempre buscaba que incorpores cosas. Hay que aprovechar a los maestros, que son pocos.

Se llama Diego Armando, imagino que su padre es fanático de Maradona

Un visionario mi viejo. Me puso Diego Armando y me mandó a River, me mandó al muere, je. Toda mi familia es fanática del fútbol. Mis abuelos, tíos, primos y hermanos jugaron. Somos todos futboleros. En ese momento Maradona era el mejor y como nació un varón le pusieron Diego Armando. Le erraron, solo el nombre tengo de Maradona, je. Pero fue un orgullo llevar su nombre. Fue difícil al principio, pero después me acostumbré.

Al principio, cuando la voz del estadio lo nombraba, había un murmullo a raíz de su nombre

Me contó mi viejo que se escuchaba, pero yo no lo escuché. Estando en el vestuario no me daba cuenta. No pasa nada, te acostumbras. River me dio todo y yo dejaba la vida por River. No era fanático del fútbol y ahora miro todos los partidos de River. El club me brindó todo y soy un eterno agradecido.

Tuvo el gusto de conocer a Diego Maradona. ¿Cómo fue ese encuentro?

Creo que fue el Día del Maestro, y fuimos a la Noche del 10. Le dimos una camiseta. Después del programa nos quedamos, lo queríamos conocer. Yo estaba con mi señora, que en ese momento era mi novia, un amigo y mi cuñado. La verdad que es un fenómeno. Yo no podía hablar y él me decía ‘Dieguito, gracias por venir’. Estaba (Ezequie) Lavezzi y (Nicolás) Frutos también. Nos agradecía a todos como si nos tuviera que agradecer, cuando los agradecidos éramos nosotros, que nos había invitado a conocerlo. Fue algo que me llevo en mi corazón para siempre.

Reconoció que de chico era de Boca. ¿Qué fue lo que le hizo el click para convertirse en hincha de River?

Yo salí a los 15 años de casa, del campo, y lo digo con orgullo. Y me fui a River. Vi cómo se vive. Cuando a tu eterno rival le va bien, las cosas se te complican; y cuando es al revés, agarrás más fuerza. Al empezar a entrenar con la Primera te empezás a hacer fanático de los chicos que son tus compañeros en las prácticas. Luego ya formás parte del plantel y no te entra la idea de que no les vaya bien. Me agarró el fanatismo. Cuando estás adentro te hacés más hincha del club que cualquier fanático. Es tu vida ahí adentro. Un hincha va los fines de semana, yo vivía en el club. Estaba todo el día viendo todo. Era como que no me entraba otra cosa en la cabeza que a River le fuera bien.

¿Cómo vivió la final de la Copa Libertadores de 2018 ante Boca?

Fue tremendo, algo maravilloso. Toda la gente de River lo estaba esperando y no lo vamos a olvidar más. Fue una satisfacción, algo inexplicable. Una alegría que durará de por vida.

¿Cómo ve a River en la actualidad?

Es medio complicado de analizar porque se está jugando un fútbol que no es fútbol, al que no estamos acostumbrados. No hay público, se estuvo 8 meses sin entrenar. Puede pasar cualquier cosa. Yo sabía que a River le iba a ir bien porque tiene un gran técnico. Él carga sus energías en lo que tienen que hacer los jugadores. Con más partidos hay lesiones, y un fútbol sin gente, repito, no es fútbol. Puede pasar cualquier cosa, es difícil hacer un pronóstico

Para concluir: ¿el compañero que más lo sorprendió?

Tuve varios. El Burrito (Ortega), Marcelo (Gallardo), Licha López, que cuando estuve en Racing volaba, Falcao... Tuve grandísimos compañeros. Es difícil quedarse con uno. Tenerlos de compañeros era ver cosas diferentes todos los días. Y como rival, Zidane. Lo vi en un amistoso y no podía creer lo que hacía. En el partido me la pasé mirando a Zidane, porque era increíble. Cuando agarró la pelota no le pude sacar los ojos de encima. Era un jugador fantástico. Era grandote, pero con una elegancia y técnica maravillosas.

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