Este viernes en Nunca es tarde para Guga, el primer Diácono bragadense, Miguel Gallo, habló sobre su labor dentro de la Parroquia San Martín de Porres y a su vez repasó el sendero que recorrió hasta llegar a ese lugar.
“El Diaconado es para aquellas personas que van a ser Sacerdotes, sería de forma transitoria hasta después llegar la orden sacerdotal, en mi caso particular es permanente por estar casado”, explicó Gallo.
A su vez, dijo que si bien desde chico quiso ser monaguillo, tras haber formado una familia habría desistido de la idea de ser Diácono. “Cuando ya estaba casado y con algunos chicos un sacerdote me hizo una pequeña introducción de lo que era el Diácono permanente, yo primero lo escuché con atención y después dije que no era para mi”, comentó.
Sin embargo, una situación delicada de salud le hizo cambiar de idea: “tuve un problema de salud y en la cama en el lecho de la enfermedad pasa todo un encuentro, pasa todo como si fuera por tu cabeza una película y entonces reflexioné diciendo qué era lo que quería Dios para mi, estuve como 30 días en terapia intensiva. Veía la cruz en la Semana Santa”.